Hace tiempo que soy parte de un grupo juvenil católico, aquí, además de conversar temas cotidianos que se pueden asociar a la vida como católicos, realizamos trabajos con niños en riesgo social: Colonias.
En un principio el llamado a hacer colonias fue porque mis amigos iban a participar, pero luego me di cuenta de lo hermoso que es ayudar sin esperar algo a cambio, más aún cuando ayudamos a niños que necesitan algo que nosotros tenemos de sobra; cariño y alegría.
Ver la cara de esos niños, es simplemente ESPECTACULAR. Verlos correr, jugar, reír; te dejan una sensación que es imposible de describir.
Me encantaría que todos pudiese vivir algo tan lindo como eso, y claro que todos podemos vivirlo, esta en nosotros el realizar una buena acción sin esperar recompensas.
Lección: AYUDAR sin esperar Recompensas.